ESTE PERFUME




Este perfume intenso de tu carne,

no es nada más

que el mundo que desplazan y mueven

los globos azules de tus ojos,

y la tierra y los ríos azules de las venas

que aprisionan tus brazos.

Hay todas las redondas naranjas

en tu beso de angustia,

sacrificado al borde de un huerto en que la vida

se suspendió por todos los siglos de la mía.



¡Qué remoto era el aire infinito

que llenó nuestros pechos!

Te arranqué de la tierra

por las raíces ebrias de tus manos

y te he bebido todo, !oh fruto perfecto y delicioso!

Ya siempre cuando el sol palpe mi carne,

he de sentir el rudo contacto de la tuya

nacida de la frescura de una alba inesperada,

nutrida en la caricia

de tus ríos claros y puros como tu abrazo,

vuelta dulce en el viento que en las tardes

viene de las montañas a tu aliento,

madurada en el sol de tus dieciocho años,

cálida para mí que la esperaba.

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